Qué es el descanso activo y cómo incluirlo en la rutina diaria de ejercicios
Descubre el descanso activo, un aliado para tu bienestar que puedes practicar de formas muy variadas. ¡Elige tu preferida!

27-01-2022
En este artículo vamos a tratar...
Descanso activo: ¿cómo incluirlo en tu rutina?
El descanso activo es una práctica esencial para la recuperación del cuerpo ante rutinas de ejercicios de cualquier intensidad. Cuanto más intensas sean, mayor será la necesidad de realizar estas pausas activas.
De hecho, una persona que incluya este tipo de descansos en sus entrenamientos semanales, percibirá mejores resultados que otra persona con exactamente la misma rutina pero que no practica el descanso activo o que solo se limita a dejar espacio para el descanso pasivo.
Y es que sí, esto no va de tumbarse en la cama o el sofá durante todo un día haciendo nada. Por el contrario, implica cierto grado de actividad ligera que ayuda al descanso y la recuperación corporal.
¿Qué es el descanso activo?
Muy sencillo: el descanso activo entre ejercicios es la práctica de ejercicios de baja intensidad que mantienen ciertos niveles de actividad cardíaca, circulación sanguínea y oxigenación muscular.
A diferencia de los ejercicios que generalmente desarrollas en tus rutinas de entrenamiento, la ligereza de las actividades del descanso activo no desgasta los músculos, permitiendo que el proceso natural de reparación se desarrolle con eficiencia, lo que a su vez contribuye al crecimiento de la masa muscular.
Por eso, si eres de los que tiene por objetivo hinchar un poco el cuerpo, debes saber que la masa muscular se obtiene en los periodos de descanso y no durante las sesiones de entrenamiento.
Sin embargo, el descanso pasivo puede llevar a una ruptura de la motivación o a episodios de pereza prolongados durante días. En cambio, los descansos activos brindan múltiples beneficios que te ayudarán a alcanzar tus objetivos más fácil y rápidamente.
Los beneficios que aporta para tu bienestar
Al preguntarte qué es el descanso activo, estás dando el primer paso para conseguir que tus entrenamientos sean más eficientes y potentes. Estos son algunos de los principales beneficios que obtendrás al incluir esta práctica en tus sesiones semanales:
Mantiene la actividad cardíaca
De este modo, el corazón se mantiene vital durante toda la semana sin necesidad de sobrecargarlo. En general, conserva su fortaleza previniendo posibles afecciones cardíacas y mejorando el desempeño general de sus funciones. Ten en cuenta que el corazón es un órgano muscular, ya que está compuesto por un tejido llamado músculo cardíaco.
Mejora la circulación sanguínea
Este beneficio se desprende a partir del anterior, puesto que un corazón más fuerte puede llevar sangre a todo el cuerpo con mayor facilidad y eficiencia. Esto es algo altamente provechoso para la correcta oxigenación de todos los órganos y, por tanto, de sus funciones vitales.
Contribuye a la regeneración muscular
El descanso activo aporta beneficios en cadena, ya que al mismo tiempo, a partir de una buena circulación sanguínea no solo se oxigenan mejor los órganos, sino también los propios músculos que sometes a tus entrenamientos. Así se generan dos beneficios en uno: por un lado, la oxigenación sirve para la regeneración de las fibras musculares, mientras que la baja intensidad del descanso activo ayuda al crecimiento muscular.
Previene la pereza y el sedentarismo
Con el descanso pasivo prolongado se corre el riesgo de caer en la pereza, el sedentarismo o la procrastinación, ya que reduce significativamente la actividad mental y corporal a un punto de relajación extrema. Con las pausas activas se previenen estos episodios, que pueden ser más frecuentes en quienes están comenzando una rutina de entrenamiento.
Ayuda a la salud de la piel
¿Sabías que la piel es un órgano y que, de hecho, es el más grande y pesado del cuerpo? Ya sea que lo supieras o no, seguramente serás capaz de reconocer que los descansos activos ayudan a tener una piel sana y luminosa, debido, entre otros factores, al hecho de que mejora la oxigenación de todos los órganos (incluyendo a la piel).
¿Cómo practicar el descanso activo entre ejercicios?
Una de las mayores bondades de los descansos activos, es que existen infinidad de opciones para elegir, de modo que puedas asegurarte de practicar aquellas actividades que mejor se ajusten a tus objetivos o sencillamente a tus preferencias. Algunos ejemplos de descanso activo entre entrenamientos son:
- Pasear en bicicleta (pedaleando suave y relajado).
- Hacer senderismo o caminatas en el parque o la playa.
- Yoga, pilates o body-balance.
- Prolongar los paseos con el perro en caso de que tengas uno.
- Si tienes hijos, dedicar más tiempo a jugar con ellos.
- Salir a bailar o practicar bailoterapia.
- Escalar o jugar un partido de futbol, tenis o baloncesto (no en la consola).
- Dedicar una sesión a estiramientos y calentamientos dinámicos.
- Regalarte un masaje.
Finalmente, es de vital importancia complementar el descanso activo con un sueño de calidad. Este último, de hecho, es el mejor descanso pasivo que puedas practicar, ya que al dormir el cuerpo pone en marcha una serie de mecanismos naturales de reparación, regeneración y reposición de energías.