¿Piel alérgica o piel sensible? Descubre sus diferencias

Pueden parecer lo mismo, sin embargo, no lo son. Con la primavera a la vuelta de la esquina, te ayudamos a averiguar si la irritación o el picor que notas en tu piel se debe a una alergia o una intolerancia y te revelamos las claves para solucionarlo

¿Piel alérgica o piel sensible? Descubre sus diferencias
Elena

14-03-2016

En este artículo vamos a tratar...

    1 de cada 2 personas en el mundo considera su piel alérgica y/o intolerante. Aunque, en muchas ocasiones presentan síntomas muy similares, son dos términos diferentes que no debemos confundir. Leonor Prieto, directora científica de La Roche-Posay, nos explica cuáles son las diferencias.

    Pieles alérgicas

    La alergia es una reacción individual de nuestro sistema inmunitario, frente a sustancias normalmente bien toleradas por la mayoría de las personas.

    Hay diferentes tipos de alergias: ambientales, medicamentosas, alimenticias, etc.  En gran parte de ellas, la piel va a ser un órgano afectado.

    Una alergia implica 2 fases:

    1. Fase de sensibilización a un alérgeno. El organismo o piel se pone en contacto con una sustancia que reconoce como extraña. Para contrarrestar su acción, el sistema de defensa fabrica “anticuerpos” contra esta sustancia. En esta fase no se manifiestan síntomas.
    2. Fase de expresión retardada.  Con motivo de una nueva exposición al alérgeno se produce una reacción alérgica de tipo inflamatorio.  Es cuando aparecen los síntomas: rojez, inflamación, descamación en placas, vesículas, costras, edemas, fisuras, así como sensaciones de quemazón, picor, tirantez…

    El único medio de evitar las alergias es eludir todo contacto con los alérgenos identificados.

    Pieles sensibles

    También denominadas pieles intolerantes, reactivas o hiperexcitables, son en ocasiones, difíciles de diagnosticar. Se trata de una respuesta inmediata y concreta de la piel frente a una sustancia irritante. A diferencia de las pieles alérgicas, no implica una reacción inmunitaria, ni una fase de sensibilización previa.

    El umbral de sensibilidad de este tipo de pieles está disminuido, las terminaciones nerviosas a nivel de la piel son más sensibles y todo ello da lugar a que tengan manifestaciones de diferentes tipos, muchas de ellas subjetivas: picor, escozor, tirantez, calor, ardor, etc. También pueden aparecer algunas manifestaciones objetivas como rojeces o  descamación.

    Hay muchos factores que pueden provocar su aparición o su agravamiento:

    • Externos: clima, radiaciones solares, contaminación, cosméticos inadecuados, toma de ciertos medicamentos, tratamientos estéticos, etc.
    • Internos: fatiga, estrés, alimentación desequilibrada, ciertas patologías de la piel, etc.

    Aunque las pieles alérgicas y las sensibles son fenómenos diferentes, a veces es complejo establecer un correcto diagnóstico, ya que algunos de sus síntomas son similares. Para establecer o descartar una alergia hay que realizar determinadas pruebas médicas que nos lleven a establecer la causa concreta.

    Sin embargo, en ambos casos se va a producir una alteración de nuestra barrera cutánea protectora y una liberación de sustancias irritantes, lo que  da lugar a los síntomas que hemos descrito (tirantez, rojez, picor, ardor,…). Si no atajamos este “círculo vicioso”, la piel cada vez estará más desprotegida y más expuesta a los agentes que la irriten y la hagan cada vez más frágil y sensible.

    Para ello, Leonor nos aconseja evitar aquellos tratamientos que contengan ciertos componentes cosméticos que suelen ser irritantes en pieles intolerantes o alérgicas, como son los perfumes y los conservantes: “cuando se formula una crema para pieles sensibles, se analizan estrictamente todos los compuestos, para crear una formulación lo más depurada posible. Por ello, tanto la fórmula como el envase deben tener la máxima pureza y protección. Pero la tolerancia no debe de hacerse nunca a expensas de la eficacia del producto.”

    Así que, ten en cuenta que, aunque el producto adecuado para estos tipos de piel debe contener estrictamente lo necesario, también tiene que incluir determinados activos que tengan una eficacia probada y que sean capaces de calmar, proteger o hidratar la piel. Es del buen equilibrio de estos dos parámetros, de lo que depende el éxito del tratamiento.

    ¡Te van a encantar!

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