Di adiós a la cara cansada
La rutina, el estrés, la falta de sueño … tantas cosas que atender que al final acabamos desatendiéndonos a nosotros mismos. Descuidar el descanso puede ser fatal para la salud y también para nuestro aspecto. Sigue estas recomendaciones para acabar con la cara cansada.
09-01-2020
En este artículo vamos a tratar...
Si no quieres que tu nombre indio sea “Rostro cansado”, ha llegado la hora de que te cuides y te tomes en serio tu descanso. Deja de acumular semanas enteras durmiendo poco, deja de intentar abarcarlo todo y vete a por las 8 horas de sueño diarias.
El primer indicio de que has pasado una mala noche (o unas cuantas) está en tu piel. Durante el sueño se desencadena una serie de procesos que se reflejarán en tu aspecto al día siguiente: se incrementa el flujo sanguíneo, la epidermis se vuelve más permeable, por lo que oxigena y se nutre mejor, el sistema inmunológico se fortalece y se acelera el proceso de renovación celular. Si no descansamos lo suficiente, todos estos procedimientos se ven afectados. El resultado, una mayor acción de los radicales libres y una aceleración de los signos del envejecimiento.
Rutinas para el tratamiento de la cara cansada
El cansancio te pone años encima: ojos hinchados, bolsas, ojeras, piel grasa o seca, tono pajizo y apagado, arrugas y líneas de expresión más marcadas, caída de las esquinas de los labios. Si quieres revertir estos signos, toma nota de estas sencillas rutinas:
- Masaje facial. La falta de descanso provoca una retención de líquidos que acentúa los signos del rostro cansado. Para favorecer el drenaje y reactivar la circulación, date suaves masajes con las yemas de los dedos. Utiliza crema o aceites esenciales para favorecer la estimulación. Verás como la hinchazón desaparece antes.
- Ojos descansados. Para terminar con las ojeras, las bolsas y los ojos hinchados, el masaje irá de maravilla. Estimula desde el lagrimal hasta el hueso del pómulo. Aplicando frío local ayudarás a descongestionar la zona: Ponte unas bolsitas de té refrescadas en la nevera o incluso podrás congelar unos cubitos de té verde y ponértelos sobre los ojos (envueltos en un paño). Además, utiliza un contorno de ojos con propiedades calmantes y descongestionantes que te ayude a atenuar el color oscurecido de las ojeras.
- Hidratación. Importantísimo hidratarse, tanto por dentro como por fuera. Bebe mucha agua y sustituye el café por infusiones energizantes (como el ginseng, que activa la circulación). Tu piel estará más jugosa y purificada. Además, utiliza cremas y productos hidratantes con texturas frescas y ligeras. Aplícatelas dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche, para reparar la barrera protectora de la piel y aportar más flexibilidad y elasticidad a tu piel. Si es rica en vitaminas, oligoelementos, anioxidantes y aminoácidos, mejor que mejor.
- Una buena limpieza. Limpia en profundidad tu piel antes de irte a dormir y al levantarte por las mañanas. Eliminar las pieles muertas, el sebo y las toxinas que se acumulan en el rostro es fundamental para permitir que la piel esté receptiva a nutrirse y oxigenarse.
- El maquillaje ayuda. Otra buena forma de disimular una mala noche es con un poco de maquillaje. Ponte una base fluida y natural con tonos luminosos y rosados. Aplícate corrector de ojeras, iluminador y máscara de pestañas para disimular el cansancio de los ojos. Por último, un colorete en los pómulos para dar más volumen al rostro.
- Come bien. La dieta tiene un papel fundamental en el aspecto de nuestra piel. Para evitar tener cara de cansado siempre, toma alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes.
- Fuera el tabaco. Tanto fumar como los ambientes cargados de humo aceleran el estrés oxidativo de la piel y, con él, el envejecimiento prematuro. El tabaco, cuanto más lejos, mejor.
- ¡Descanso! Lo más importante de todo es descansar bien. Trata de dormir 8 horas, no tomes bebidas estimulantes en las horas previas a la noche, deja las pantallas fuera de la habitación, toma infusiones relajantes, escucha música relajante, lee…
Recuerda: tomar responsabilidad de todo y de todos debe comenzar por cuidarte a ti mismo. Dedícate tiempo y no te pongas en el último puesto de tu lista de responsabilidades. Descansa, relájate, disfruta de “il dolce fare niente” de vez en cuando. Despídete de ir como un zombie por la vida y de la cara cansada.
¡Di hola a la piel radiante!