Cómo vencer la sequedad vaginal
Muchas mujeres carecen de información y existe cierto estigma social alrededor de la sequedad vaginal. Sin embargo, esta afección es bastante más frecuente de lo que pensamos. Es hora de tratarla sin tapujos y mejorar la calidad de vida de las mujeres que la padecen.
18-02-2020
En este artículo vamos a tratar...
Aunque se suele asociar a la menopausia, la sequedad vaginal puede afectarte en cualquier fase de tu vida. ¿Alguna vez has sentido irritación o picores? ¿Has notado molestias en tu zona íntima relacionadas con la sequedad? Muchas mujeres piensan que es un trastorno normal, de hecho, existen muchos factores de nuestra vida cotidiana que pueden aumentar la sequedad vaginal. ¡Te contamos todo lo que tienes que saber para evitarla!
La sequedad vaginal: causas de una afección frecuente
Existe una injusta asociación entre la sequedad vaginal y la falta de deseo o libido, pero ambas realidades no tienen por qué ir de la mano. En muchas ocasiones la lubricación escasa responde a condicionantes puramente físicos que alteran la producción de secreciones vaginales.
Existen dos factores responsables de la salud vaginal: la flora y la mucosa. La primera está formada por los microorganismos beneficiosos que habitan en la vagina y que la protegen de forma natural (microbiota); por su parte, la mucosa se produce en las paredes para mantener la zona hidratada y lubricada. Cuando se rompe el equilibrio en el que cohabitan la mucosa y la flora, la lubricación disminuye y se produce la sequedad.
La bajada de los niveles de estrógenos asociada a la menopausia es la causa más frecuente de la sequedad vaginal (se calcula que alrededor del 40% de mujeres la sufren en esta época de sus vidas), pero no es la única, ya que puede estar motivada por otros factores como:
- La toma de determinados medicamentos
- Los anticonceptivos hormonales
- Los episodios de estrés o depresión
- Las infecciones vaginales frecuentes o mal curadas
Síntomas de la sequedad vaginal
La sequedad vaginal es una afección benigna, aunque en ocasiones puede ser indicativa de un problema más grave (como una atrofia vaginal). Si bien es frecuente durante la menopausia, puede manifestarse en cualquier momento de la vida de una mujer. De hecho, también suele darse tras el parto o durante la lactancia.
Muchas personas reparan en la falta de lubricación al tener problemas en las relaciones sexuales. La disminución del flujo puede hacer que la penetración resulte molesta e incluso dolorosa, pudiendo llegar a provocar leves sangrados debido a pequeñas heridas producidas en las paredes de la vagina.
Los síntomas de la sequedad vaginal afectan a la calidad de vida de las mujeres que la padecen, siendo los más frecuentes:
- Poco flujo vaginal
- Irritación y tirantez en la zona
- Dolor genital
- Ardor al orinar
- Picor por sequedad vaginal
Estas manifestaciones pueden confundirse con las de la cistitis, por lo que hay que tener cuidado al tratarlas: la toma de antibióticos mermaría la flora vaginal beneficiosa y empeoraría la situación.
Cómo tratar la sequedad vaginal
Para paliar estos desagradables síntomas se suele prescribir un hidratante vaginal por vía tópica (óvulos o cremas). Además, se recomienda el uso de lubricantes de base acuosa para mejorar las relaciones sexuales.
Hay otros factores externos que empeorarán las molestias de la sequedad vaginal:
- Los jabones y otros productos con agentes químicos agresivos
- El uso de compresas, tampones y salvaslips
- Las prendas de tejidos no transpirables
- La ropa demasiado ajustada
- El tabaco
En cambio, usa jabones, lubricantes, lociones, etc. sin colorantes ni perfumes, que respeten el pH de tu piel, prueba a utilizar la copa menstrual en lugar de otros productos de higiene íntima, utiliza ropa interior de algodón y evita que esté demasiado ajustada, y, preferiblemente, no fumes.
Si sufres sequedad vaginal, no te preocupes, es un problema frecuente entre la población femenina pero tiene solución. Acude a tu médico si no remite, él determinará el tratamiento más adecuado para ti y descartará otros posibles problemas ginecológicos.