6 errores que cometes en la ducha y que pueden dañar tu piel

Esto puede ser un shock para algunos, pero darte una ducha (algo tan cotidiano y simple como parece), puede estar causando un daño a tu piel; es decir, si lo está haciendo mal. ¿Será tu caso? ¡Descúbrelo!

6 errores que cometes en la ducha y que pueden dañar tu piel
Claudia

30-06-2017

En este artículo vamos a tratar...

    Seguramente te estés preguntando ¿qué errores puede uno cometer en la ducha? . Si todo lo que conlleva es agua corriente, frotar aquí y allá un poco, aclarado y listo, ¿verdad?  Bueno, la realidad es que no es tan sencillo como parece. Hay mucho margen para el error entre el momento en que el agua golpea tu piel y cuando sales de la ducha y comienzas a secarte. Lo peor de todo, es que posiblemente  no estés al tanto de estas 'trampas'.

    A continuación, te desvelamos los seis errores más comunes que has de evitar la próxima vez que te metas  en la ducha.

    CUIDADO CON EL AGUA DEMASIADO CALIENTE
    Quienquiera que te haya dicho que las duchas con agua escaldando son buenas para tu piel, te debía estar tomando el pelo. El agua demasiado caliente, no solo puede irritar tu piel mientras te estás duchando, también puede causar sequedad e incluso picor que puede aparecer con el mero roce con el líquido elemento.  Por no mencionar que podría despojar a la piel de los aceites naturales que tan desesperadamente necesita. No te estamos pidiendo que te duches con agua fría (con estas temperaturas seguro que tu piel lo agradecería), pero sí que lo hagas con agua tibia (entre los 25 y los 30 grados). Los beneficios son múltiples:

    • El aspecto de la piel mejora
    • Se mantiene más hidratada, tersa y con los poros cerrados
    • Calma el picor
    • Mejora la circulación y mantiene a raya las varices
    • El pelo no se engrasa tanto y esta más brillante
    • Después de la ducha te sientes más activa
    • Estimula el metabolismo y quema más calorías


    ¿TU JABÓN ES DEMASIADO FUERTE?
    El fin último de la ducha es limpiar la piel de las impurezas, de pies a cabeza. Sin embargo, si utilizas un jabón que es demasiado agresivo para su piel, corres el riesgo de despedirte de todos los aceites naturales que mantienen la piel húmeda e hidratada. Evita los jabones antibacterianos en la ducha. Opta por un  limpiador corporal que cuente con un agente hidratante para ayudar a la piel a retener su humedad, como la manteca de karité en el caso de Lipikar Syndet AP+ , o que esté formulado a base de ingredientes naturales, como los nuevos Geles de ducha de Roger&Gallet.


    NO TE ESTÁS FROTANDO DE MANERA SUAVE
    Tanto si utilizas una esponja normal, una de lufa o un guante o una toallita para distribuir el producto por tu piel, desearás evitar la excesiva fricción ya que esto puede eliminar la barrera protectora de la piel y causar irritación. En su lugar, desliza suavemente por tu cuerpo el gel de ducha o limpiador con ayuda de tus manos (¡es mucho más delicado!) o un paño suave con el mínimo-repetimos, mínimo-frotamiento. Si eres de las que le gustan las esponjas, has de tener en cuenta que pueden albergar fácilmente las bacterias cuando se mantienen en la ducha, lo que nos lleva al siguiente punto.

    TU ESPONJA NO ESTÁ LIMPIA
    Piensa en tu ducha cuando no estás en ella. Normalmente es un espacio sin mucha luz y húmedo, vamos, un caldo de cultivo de gérmenes y bacterias para infectar. Si eres de las que dejas tu esponja o cuchilla de afeitar en la ducha, dale un buen enjuague con agua caliente antes de frotarla contra la piel. No obstante, la mejor solución sería almacenar tus utensilios para la ducha en un área bien ventilada que no fuera propensa a la formación de moho. 

    NO TE HIDRATAS LA PIEL INMEDIATAMENTE DESPUÉS
    Uno de los mejores momentos para hidratar la piel es cuando está ligeramente húmeda después de la ducha. Muchas personas descuidan este paso y se secan con la toalla y a continuación se visten. Es necesario que le aportes a la piel cualquier pérdida de humedad que haya podido tener durante la ducha. Apuesta por las lociones o cremas no comedogénicas que directamente le den de beber a tu piel. Y no lo decimos solo nosotras, los expertos también lo corroboran.

    TE ESTÁS OLVIDANDO EL CUERO CABELLUDO
    Seguramente no se te haya pasado por la cabeza pensar que, precisamente, el cuero cabelludo es piel después de todo, por lo que puede sufrir la obstrucción de los poros al igual que el resto de tu cuerpo. Para evitar la aparición de escamas después del champú prueba un tratamiento exfoliante para el cuero cabelludo al menos una vez a la semana. Esto puede ayudar a restaurar un equilibrio saludable a tu cuero cabelludo. Saltarte este paso puede dar pie a folículos pilosos que se tapan con la suciedad.

    Nos apostamos lo que quieras a que ahora te pensarás dos veces tu rutina en la ducha.

    ¡Te van a encantar!

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