6 consejos para usar correctamente el agua micelar
A toquecitos, sin arrastrar, cambiando de algodón... ¿estás segura de que sabes cómo usar el agua micelar? La experta de La Roche-Posay nos da unos muy buenos consejos que seguro te sorprenderán. ¡Descúbrelos!
30-05-2022
En este artículo vamos a tratar...
Hablar del agua micelar es hablar del producto más novedoso en limpieza facial. Y, por si eres de las que la acaba de descubrir, te diré que lleva en el mercado muchos años y que en un principio estaba pensada para las pieles más sensibles.
Qué es el agua micelar
¿El nombre te resulta algo raro? Normal si nunca has oído hablar de las micelas. El agua micelar es una solución acuosa, donde se encuentran unos elementos limpiadores, los tensioactivos (como en el champú o los geles de ducha). Estos se suelen agrupar formando un pequeño glóbulo o 'micela', que tienen la capacidad especial de unirse a elementos grasos por uno de sus extremos, y a elementos acuosos por el otro.
De este modo tenemos un producto muy ligero que, cuando se pone en contacto con la piel, las micelas se abren y son capaces de retener en su interior los residuos y las impurezas de la piel (restos de sebo, células muertas, residuos de crema, partículas aire o contaminantes, etc), mayoritariamente de naturaleza grasa. A su vez, la parte acuosa de la solución hace el efecto de tónico limpiador, arrastrando las impurezas. Un producto por tanto con mucha eficacia limpiadora, muy ligero, que no deja restos grasos y que no necesita aclarado.
Nunca la química te había resultado tan útil en tu vida diaria , ¿verdad?
Además de descubrirte lo qué es el agua micelar, Leonor Prieto, Directora Científica de La Roche-Posay nos da unos cuantos consejos sobre cómo usarla correctamente.
Cómo usar el agua micelar
1. NO NECESITAS USAR MÁS PRODUCTOS
En principio no es necesario el uso de otro producto. El agua micelar sirve para desmaquillar rostro, ojos y labios, y no necesita aclarado, ya que su fórmula limpia y tonifica a la vez. Por su elevado poder de arrastre sin necesidad de frotar, se puede utilizar en la zona del ojo ya que tiene un máximo respeto por la misma, y como tiene mucha atracción por los restos grasos, es capaz de eliminar fácilmente los residuos de rojo de labios, zona de difícil desmaquillado con otros productos limpiadores.
Esos sí, dependiendo de la cantidad de residuos a eliminar deberemos utilizarla una o varias veces.
Si tenemos una piel sensible o queremos aumentar el efecto calmante y suavizante, podemos vaporizar Agua Termal a continuación, pero sería parte del ritual de tratamiento para reforzar acciones, ya que por si misma, siempre que esté bien formulada, es suficiente.
2. EL FROTAR SE VA A ACABAR
Cuando nos desmaquillamos, tendemos a pasar el algodón por nuestra piel con excesiva fricción, como si estuviéramos frotando los platos. Es muy importante saber que debido a cómo funcionan las micelas, no es necesario arrastrar el algodón por la cara. Las propias micelas son capaces de captar el exceso de suciedad, maquillaje, sebo... con el mero contacto con la piel. Como si de un imán se tratara.
3. SE GENEROSA
Es importante ser generosos con el producto, para que pueda ejercer bien su acción, por lo que el algodón debe de estar impregnado en su justa medida, para que ni haya que frotar en exceso ni el agua resbale por la piel.
4. SE ORDENADA
Aunque el agua micelar sirva para todas las zonas del rostro, es importante seguir un orden. Nuestra recomendación: comenzar por la zona del ojo, con suaves presiones y deslizando el algodón por los párpados superiores desde el lagrimal hasta el extremo del ojo (un algodón para cada ojo, para evitar contaminación entre los mismos). A continuación, desmaquillar las pestañas, desde la raíz a las puntas. Con otro algodón desmaquillar los labios, dejando actuar unos instantes el producto para eliminar mejor y más suavemente la barra de labios. Por último desmaquillar el rostro, desde el centro hacia los extremos, mediante ligera presión y arrastre suave. De ese modo las micelas se abren y conseguimos que se pongan al máximo en contacto con los residuos y los engloben, para ser luego arrastrados por el resto de la solución micelar.
Si nos ha quedado algún resto de línea de ojos o de máscara de pestañas, podemos poner un poco de agua micelar en un bastoncito de algodón y pasarlo suavemente por estas zonas, por medio de ligeros movimientos rotatorios: mucho más eficaz y más respetuoso con nuestras pestaña
5. USA LA QUE MEJOR SE ADAPTE A TU PIEL
Como producto limpiador, el agua micelar se adapta a todas las pieles. Luego, claro está, hay diferentes fórmulas, ya que dependiendo del tipo de elementos limpiadores, y de activos con efectos que le aportan además propiedades de cuidado de la piel (calmantes, suavizantes, hidratantes o reguladores del sebo…etc) pueden tener cierta tendencia hacia un tipo de piel u otra.
Por regla general la mayor parte son para todo tipo de piel e incluso están pensadas y adaptadas a las pieles sensibles, ya que se necesita un menor arrastre para conseguir el efecto limpiador, y se pueden complementar con activos hidratantes, calmantes, suavizantes o descongestionantes.
¿Te acuerdas de que ya te contamos que había una agua micelar para cada tipo de piel? Descubre aquí los tipos de agua micelar.
6. EL CONSEJO DE LA EXPERTA
Tras usar el agua micelar, podemos proceder a su secado, mediante un pañuelo de papel doblado en triángulo, que aplicamos primero sobre un lado del rostro, y luego le damos la vuelta y lo aplicamos sobre el otro. De ese modo finalizamos la limpieza correctamente.
Hay que tener en cuenta que una piel perfectamente limpia va a absorber mejor los productos de cuidado, por lo que la limpieza de la piel aumenta la absorción y la eficacia de las cremas, consiguiendo muchos mejores resultados y con menos cantidad de producto.
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